Editorial. Las vacunas

Desde que apareció la pandemia hace cerca de un año, se inició con ella una carrera para el desarrollo de las vacunas. Ahora, una mayoría de los ciudadanos entiende que estas son realmente necesarias para inmunizar a la población y detener la pandemia. Sin embargo, la historia política del Perú es cada vez más crítica, que hasta podríamos compararla con una novela llorona de los 90s donde, la protagonista creyendo que todo lo malo ya pasó, le termina sucediendo algo peor.

Tristemente, esta es una novela de nunca acabar y casi siempre, las muy malas experiencias se repiten constantemente. Aunque, vale recalcar, que su naturaleza impredecible nunca deja de sorprendernos.

Ahora, el gobierno de Sagasti, ha anunciado la vacunación para la población de la tercera edad, lo cual es una iniciativa muy buena. Sin embargo, con el alto grado de ineficiencia y corrupción que  existe en el gobierno, vacunar a los más de 3 millones de personas adultas  será toda una odisea.

La pregunta es ¿Será el gobierno capaz de inocular a todos los adultos mayores antes de fin de año? Estamos hablando de 335 mil personas por mes en promedio, considerando iniciar la vacunación en abril.

Ojo que a esta cifra, hay que considerar también al sector salud, la Policía Nacional y Fuerzas Armadas, funcionarios públicos y docentes … y la lista continúa. 

Y a pesar de todo, este mes el Perú recibirá 200 mil vacunas Pfizer. Este laboratorio ha anunciado que solo podrá entregar 50 mil vacunas por semana, debido a la alta demanda.

De la vacuna china no se sabe cuando volverán a enviar una remesa.  ¿Será que el laboratorio Pfizer habrá traído también su regalito para los altos funcionarios?

Todo es posible. Recordemos que salimos de un gobierno de PPK corrupto, para entrar en otro tremendamente peor, el de Vizcarra, quien terminó ganando al gobierno más corrupto de la historia del Perú, el de Alan. Después de que sacaron al mitómano y de tres gobiernos en una semana, terminamos, para variar, con un comunista. 

Este señor, dice creer y promover en la igualdad, desde su cómoda y elegante esquina, tomando el mejor vino y comiendo caviar, mientras que el pueblo se muere no solo de hambre, sino también de falta de oxígeno, vacunas, comida, etc. 

Nos preguntamos entonces, ¿Es ese el concepto de equidad que maneja Sagasti? Parece que sí.

El país nunca termina por aprender la lección y sigue tomando las peores decisiones. Tal vez esto sea necesario para que la gran mayoría llegue a aprender y valorar realmente lo que se tuvo en algún momento y no se supo apreciar hasta que fue muy tarde.