Luego de 30 largos meses culmina la prepotencia y el abuso de poder en el Consejo Directivo del Congreso de la República. El fujiaprismo había manejado durante todo este tiempo la mesa directiva a su antojo, es decir, sin rumbo alguno, sin buscar alcanzar ningún criterio de bienestar a nivel del país, por el contrario, solo se regían en base a intereses personales políticos o peor aún, a caprichos de la ‘Señora K’.
Tristemente, el trabajo de los fujimoristas se caracterizó por el uso del “músculo” más no de la inteligencia. Por su gran mayoría se imponían en cada votación. De haber tenido un líder con capacidad de trabajar por el Perú, aprovechando su devastadora mayoría numérica, 73 miembros en el Congreso, hubiera logrado y conseguido lo nunca antes hecho por el Perú, un desarrollo abrumador.
El Consejo Directivo es sumamente importante, ya que define las agendas a tratar en cada sesión del Pleno y qué proyectos se abordarán. Tiene también facultades para aprobar el cuadro de comisiones, y entre sus atribuciones está aprobar el presupuesto. Es por esto que su conformación es clave para el manejo del Congreso, por lo que el fujimorismo hizo su berrinche la noche del 28, al perder un miembro en esa mesa pierde automáticamente el control del parlamento.
El fujimorismo lideraba esa mesa con 13 integrantes desde un inicio, ahora ha terminado con 10 miembros.
Los otros cupos se dividirán proporcionalmente entre los integrantes de Acción Popular, Alianza para el Progreso, Apra, Frente Amplio, Nuevo Perú, Peruanos por el Kambio y los tres nuevos grupos parlamentarios que son: Cambio 21, Bancada Liberal y Unidos por la República.
Estamos muy cerca del bicentenario de nuestro país, y las metas trazadas por el presidente Vizcarra son altas. Esperemos que estas sean cumplidas por el bien del país.