Parece increíble, pero sucedió en el pacífico, trabajador y noble pueblo panatagua. En un trágico accidente murió una joven que, de un momento a otro, generó la reacción masiva de la población contra la Policía.
Muchos ciudadanos del lugar han expresado enojo por el desempeño policial, que según informaron a este diario, se caracterizaba por el abuso y la corrupción.
El vehículo que protagonizó el accidente, minutos antes habría sido intervenido por la policía. Se argumenta, que el joven chofer no contaba con los documentos respectivos, por lo que se fugó. Fue en esa persecución que el vehículo se despistó y cayó a un abismo de 400 metros para dejar como saldo la pérdida de una vida.
Obviamente, las autoridades tienen que determinar, mediante investigación, las responsabilidades de los involucrados; sin embargo, también se debería investigar si realmente hubo algún abuso policial a la población.
Se ha visto muchas veces, que algunos conductores que viajan a la sierra, no cuentan con la documentación correspondiente. Eso, a pesar de existir control policial en la ruta. Este hecho, curiosamente, sucede de manera frecuente. Se entiende que la policía, al hacer los controles respectivos, detecta esto; sin embargo, al parecer no se llega a la etapa de control. Según muchos pobladores, luego del saludo correspondiente, se produce un arreglo monetario, como forma de peaje.
Todos conocemos que la corrupción en nuestro país está enquistada en todas las instituciones del Estado. Pero en algún momento tenemos que decir basta. Esta crisis ha hecho mucho más evidente las falencias y carencias del Estado en la población. Ese conflicto social pudo haber traído consecuencias mucho peores, afortunadamente no se llegó a más, pero se estuvo muy cerca.
Necesitamos que las instituciones y sus representantes cumplan verdaderamente sus funciones, como en este caso, garantizar la protección del ciudadano y cumplimiento de las leyes. No es, por el contrario, extorsionar y coimear al ciudadano y no hacer cumplir las normas.
