DONDE ESTAMOS LAS MUJERES, LLEGO LA HORA DE UNIRNOS

Por: Denesy Palacios Jiménez

Cuantas de nuestras mujeres han defendido los principios de igualdad, equidad e inclusión, y hasta han ofrendado su vida, para que hoy tengamos un camino más allanado y aunque todavía con varias inequidades, la lucha no ha sido estéril, a todas ellas nuestro reconocimiento y gratitud.

Se ha conmemorado el Día Internacional de la Mujer, mucho se ha dicho sobre su origen, o como se gesta, la cosa es que desde la década de la mujer, declarada así por la NNUU entre 1975 a 1985, el reconocimiento por parte de los gobiernos de los Estados miembros ha ido incrementándose, no podemos negar, habido logros importantes, no solo se ha visibilizado la problemática de este gran grupo humano que representa a la mitad de la población mundial y en algunos casos un porcentaje más, sino que ha permitido que las mujeres salgamos del espacio domestico asignado durante muchos años, para ahora estar en el espacio público, y es que las mujeres luchamos por nuestras creencias y valores, luchamos contra la antigua injusticia, y por supuesto que no aceptamos un “no” cuando hay un mejor camino que podemos tomar para solucionar los problemas que atañen a toda la población.
Sin embargo, a nivel peruano o a nivel regional, no hemos podido crear un frente donde estemos todas, sino que ha quedado como que las representantes de las mujeres por ejemplo en los Consejos regionales, a finales solo se representan a ellas mismas, y nos olvidamos de las grandes luchas y ofrendas de mujeres valerosas que dieron hasta su vida para legarnos lo que hoy tenemos. Por ejemplo tenemos una mujer Coraje, que fue dirigente de la Red Nacional de Promoción de la Mujer, y Presidenta del Comité Central de Clubes de Madres de Amarilis, a ella le arrebataron su vida por no querer entregar su organización a los grupos sediciosos levantados en armas en la década del 90, y a veces queremos armar heroínas de papel, cuando ya lo tenemos y no tenemos por qué inventarlo, me refiero a Rosa del Águila, es posible que las amigas que hoy viven con la tranquilidad del caso, no supieron lo que fue tener que trabajar y defender una organización social sin fines de lucro, que capacitaba a las mujeres para la defensa de los derechos humanos y especialmente sus derechos, sin pedir nada a cambio, y sin tener que exigir figurar de ninguna índole, sino que se hacía con mucha entrega y mucha convicción, porque era el compromiso y la responsabilidad social lo que primaba, las mezquindades eran dejadas de lado, y por eso pudimos obtener una Ley contra la Violencia familiar, contra el acoso sexual y callejero, a favor del reconocimiento de los hijos fuera del Matrimonio, y su pensión alimentaria; la cuota de género en las lista de candidatos, que presentaban los partidos políticos. Amigas eso no cayó del cielo, hubo muchas mujeres, miles de ellas que dieron sus horas mujer en favor de lo hoy disfrutamos. Sin embargo notamos mucha mezquindad, y es que no queremos dejar los patrones formales de conducta del más vivo y del beneficio, trepando sin importar a quien pises, ¡no! las mujeres no somos así, las mujeres debemos actuar con solidaridad de género y reconocer lo que tenemos que reconocer y luchar por lo que tenemos que luchar, el objetivo no es el acomodo, es la participación y las oportunidades que deben ser de acuerdo a las capacidades de cada quien, porque si lo somos, seres con mucha capacidad como trabajadoras, como profesionales, como ciudadanas. El problema más grande, es que a la mujer luchadora, las mismas mujeres la consideran conflictiva, porque no desmaya en sus objetivos del bien común, y es que el neoliberalismo llego a todos, y de pronto nos pone una visera, que nos hace perder el objetivo final: el bien común.
Las mujeres no usamos nuestra condición de mujer y fémina para lograr una posición, no esperamos dadivas, ni consideración por la manipulación femenina, sino porque somos personas, ciudadanas y profesionales o trabajadoras que merecemos un trato equitativo, y porque si queremos el gran cambio, lo primero que debemos desterrar es la corrupción, y lógicamente seremos las primeras en cerrar filas a ello, porque ansiamos un desarrollo sostenible para nuestra generaciones venideras.
Este día 8 de marzo, institucionalizado en la gran mayoría de los países como el “Día Internacional de la Mujer”, porque es precisamente este día que se conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo interno como persona. Esta participación que reclama la mujer es en los diversos aspectos: laborales y económicos, educativos y culturales, políticos y de empoderamiento, de ciudadanía y desarrollo personal. Miren pues ustedes a nuestro alrededor, cuantas instituciones están lideradas por una mujer al frente, muy pocas, porque hay patrones de antivalores muy engarzados, que cuando denunciamos acosos sexuales en los centros educativos o centros de trabajo, o cuando capacitamos a las mujeres para que denuncien las agresiones de violencia familiar, nuestras propias colegas, lejos de solidarizarse son las que contribuyen a deteriorar las imágenes de las mujeres líderes o dirigentes, esperamos que esta vez la UNHEVAL, si quiere desterrar la corrupción o los grupos mafiosos de poder enquistados, debe hacerlo con gente nueva, proba, capaz, que no tenga denuncias de hechos ilícitos, que no sea mezquina y respetando la equidad de género y la pluralidad. Y deben gobernar las personas que están preparadas para ello, basta de improvisación en nuestro país, en nuestros gobiernos locales y en nuestra institución, que como Sociedad Académica de enseñanza Superior universitaria, debe enseñar y mostrar, lo que la racionalidad humana manda, ¡basta de repartijas!.
Queridas hermanas, colegas, amigas todas, unamos nuestras manos y nuestras voces para rechazar lo que nos hace daño y no nos deja avanzar; un abrazo fraterno para todas ustedes amigas lectoras y pueblo de Huánuco, atrás deben quedar los diagnósticos, es hora de la acción en favor del desarrollo sostenible y equitativo.
No quiero terminar sin saludar y agradecer a todos los amigos del Diario Ahora, por su aniversario, y por hacer el esfuerzo de ofrecernos cada vez un mejor Diario Regional.
Gracias y buenos días
(*) Profesora Principal Facultad de Ciencias Sociales UNHEVAL.