Divisiones en Gobierno Trump Frenaron Ataque Israeli

La diplomacia, al parecer, ha ganado terreno en la Casa Blanca frente a las opciones militares con respecto a Irán. La administración Trump, según fuentes internas, habría estado considerando seriamente una operación militar israelí contra las instalaciones nucleares iraníes, incluso con planes concretos que apuntaban al mes de mayo. Sin embargo, el presidente Trump habría optado por una vía negociadora con Teherán, con el objetivo de alcanzar un acuerdo que limite su programa nuclear.

Según la investigación publicada por The New York Times, la decisión de Trump se produjo tras meses de intensos debates internos sobre la estrategia a seguir con Irán, considerando tanto el respaldo a Israel en una acción militar como la búsqueda de una solución diplomática, en un momento en que Irán enfrenta debilidades tanto en el ámbito militar como económico.

La discusión interna expuso profundas divisiones dentro del gabinete y entre los asesores de Trump. Por un lado, figuras históricamente favorables a una línea dura abogaban por un ataque militar. Por otro, asesores más escépticos advertían sobre los riesgos de una escalada bélica y dudaban de la capacidad de un ataque para destruir completamente las ambiciones nucleares de Irán. Finalmente, se impuso un consenso, al menos temporalmente, contrario a la acción militar, especialmente ante las señales de Irán de estar dispuesto a dialogar.

Fuentes cercanas a las discusiones revelan que los funcionarios israelíes habían elaborado planes detallados para atacar las instalaciones nucleares iraníes en mayo. Estos planes estaban listos para ser ejecutados y, en ciertos momentos, existía un optimismo considerable de que Estados Unidos daría su aprobación. El objetivo primordial de estas propuestas, según fuentes informadas, era retrasar la capacidad de Irán para desarrollar armas nucleares en al menos un año o más.

Un elemento crucial de estos planes era la necesidad de contar con el apoyo estadounidense. Este respaldo no solo sería esencial para defender a Israel de una posible represalia iraní, sino también para asegurar el éxito de la operación en sí misma, convirtiendo a Estados Unidos en una parte integral del ataque. Este requerimiento de apoyo estadounidense subraya la complejidad geopolítica de la región y la interdependencia estratégica entre ambos países.

La decisión de Trump de priorizar la diplomacia representa un cambio significativo en su política hacia Irán. Recordemos que en su primer mandato, el presidente se retiró del acuerdo nuclear iraní negociado por la administración Obama, un pacto que buscaba limitar el programa nuclear de Teherán a cambio del levantamiento de sanciones económicas. Ahora, en su segundo mandato, y aparentemente con el objetivo de evitar una nueva guerra en Oriente Medio, Trump ha iniciado negociaciones con Teherán, estableciendo un plazo de pocos meses para alcanzar un acuerdo sobre su programa nuclear. El futuro de estas negociaciones, y la estabilidad regional, penden de un hilo.