DIEZ: CHAVÍN

Por Israel Tolentino

Me saqué los zapatos y lavé los pies y la cara entre los ríos Mosna y Huacheqsa, si bien nadie se baña dos veces en el mismo río (decía el oscuro Heráclito) intentarlo estaba bien, cuantos chavines habrían hecho lo mismo hace cinco mil y sabe quién, cuántos años más. El encuentro con las cabezas clavas es la experiencia más fuerte que se tiene en Chavín.

Continúa la invasión de Rusia a Ucrania y entre Israel y su invisible enemigo Hamas. En nuestro país, el carnicero de los hermanos del Sur ha sido defenestrado del premierato. El país vive en un indecible estado de guerra.

Martín Bonadeo, con un cometa de cuatro luces como puntos cardinales, empezó a correr en la plaza San Marco de Venecia, la Cruz del Sur se empoderaba en ese lugar del norte, las repetitivas carreras de Martín, consumaban con su exhalar el delirio místico de la acción.

Cerca a la entrada hacia los túneles, cavaban los recientes hallazgos sobre los que Jhon Rick nos contaba (publicados luego por la National Geografic). Dejando el almuerzo a la mitad, andamos con Martín Bonadeo hasta ese lugar y entre el relato que escuchábamos, me firmaba su libro Pacha Kutiq Wanka (PKW). Algunos años luego, Martín volvería a rubricar el libro mirando el gran canal de Venecia; dos acciones reveladoras desde entonces y, posiblemente cuando nos reencontremos, tal vez en Pozuzo o alguna parte del llano amazónico, lleve el libro para que lo autografíe de nuevo. Con cuatro firmas, habremos formado cuatro estrellas, como las que alumbraron las faldas del nevado Contrahierbas y la plaza San Marco. Con él nos conocimos en Jangas (Ancash) llegaba con Gustavo Buntinx para llevar a cabo el proyecto PKW. Este encuentro puso Chavín en el mapa de mí corazón.

En el templo sin tiempo confluyen, en la visión de Martín Bonadeo, san pedro Wachuma y San Pedro santo cristiano, en esta juntura se mestizan las llaves que abren las constelaciones, el resto del relato tiene un: continuará infinito… Chavín el inmenso centro ceremonial tiene nuestra veneración, en cada piedra están presentes sus constructores; hay monumentos que pueden prescindir de la presencia física, pero no del alma. De Chavín, se puede contar entonces que, en sus transfiguraciones, los sacerdotes descubrieron bebiendo San Pedro y otras pócimas, la forma de desplazar el alma hacia otra dimensión, dejando el cuerpo arrimado en los rincones de los pequeños recintos donde, los conductos subterráneos para el agua, inundaban los recorridos con sonidos controlados; música hidrofónica: aceleraban, calmaban, guiaban y vigilaban el trance.

La madrugada que llegué a Chavín, retornaba del entierro de padre Ugo de Censi, en un bus de media noche, antes había llegado a San Marcos desde Chacas, en la parte trasera de una camioneta en plena lluvia, mojado hasta la sombra, la urgencia por llegar a Chavín fue mayor, la ropa mojada se secó en el cuerpo.

En el templo antiguo, una cabeza clava permanece en su ubicación original, es imposible pensar que el escultor en un solo estado de trance haya realizado las distintas tallas, surge el enigma sobre los tiempos del trabajador, ¿cómo captó los rasgos de su modelo en trance? Alguna vez, a un capturado por esta civilización mágica y alucinada se le revelará el misterio.

Caminé entre los túneles, tocando las piedras acompañado de mi sombra, compañera que me sigue desde que tengo conciencia de mirar las estrellas, espero, como los antiguos, andar sus huellas largamente. Entre los espacios del templo percibí con frenesí que en Kotosh, Caral y Macchu Pichu se repite ese pensamiento, ese ánimo, construcción original violentada y sin embargo incubándose aún en nuestros ojos.

La serpiente es un elemento mediador entre el cielo y la tierra en arcaicos lugares, y debe haber otras conexiones cubiertas con un poco de tierra y piedra por allí, e incluso, ser nosotros, los aparecidos desde lejos, ese eslabón. La existencia es un respiro, frente a la vastedad de años de Chavín; las pretensiones se disipaban como la espuma del río donde me lavaba los pies (Chavín, marzo 2024).