El régimen de Nicaragua ha enviado a Roma a los sacerdotes Denis Martínez y Leonel Balmaceda, quienes habían sido detenidos el pasado fin de semana. Según informaron defensores de derechos humanos y la prensa local, ambos religiosos fueron «desterrados» tras su arresto. Martínez pertenece a la Diócesis de Matagalpa y Balmaceda a la Diócesis de Estelí, ambas en el norte de Nicaragua.
La activista nicaragüense Haydeé Castillo denunció en la red social X el traslado forzoso de los sacerdotes como un «crimen de lesa humanidad». La prensa local también informó sobre la liberación del sacerdote Danny García, párroco en Matagalpa, quien había sido detenido el viernes.
Estos hechos se enmarcan en una creciente tensión entre el régimen de Daniel Ortega y la Iglesia católica, que ha resultado en la expulsión y encarcelamiento de numerosos sacerdotes, así como la suspensión de actividades religiosas. Desde 2018, un total de 245 religiosos han sido obligados a exiliarse o han sido expulsados de Nicaragua, según la investigadora exiliada Martha Patricia Molina.
El obispo Rolando Álvarez, quien dirigía las diócesis de Matagalpa y Estelí desde el exilio, también fue enviado a Roma en enero tras un acuerdo entre el régimen y el Vaticano.