Después de dos meses de arduo trabajo de excavaciones en la zona arqueológica de Shillacoto, el sábado pasado culminó la conservación preventiva de la arquitectura y los pisos y se procedió al cierre del área excavada.
Aquí brindamos detalles de los descubrimientos que permitirán reformular teorías sobre los periodos Mito y Wayrajirka.
El arqueólogo Carlos Viviano detalla sobre los descubrimientos en las dos unidades excavadas.
“Se proponía que los templos Mito datan de 2000 a. C y son precerámicos, y que la cerámica temprana Wayrajirca recién habría llegado a Huánuco hacia 1500 a. C (cuando los templos Mito ya estaban abandonados). Pero Shillacoto es un templo Mito que presenta cerámica Wayrajirca, por lo tanto se demostraría que Mito y Wayrajirca estarían asociados, y que la cerámica Wayrajirca es más antigua de lo que se creía”, comenta.
En la primera unidad, debajo del último piso del templo principal se halló una sucesión de seis pisos que van más de 1.60 m de profundidad, donde se observa arquitectura enterrada mucho más antigua. Esto indica que en Shillacoto se seguía el mismo patrón de enterramiento de templos y sobre estos, nuevas construcciones.
Aspectos sociales
Si bien la excavación fue muy restringida, en los descubrimientos resaltan la ubicación del templo principal para encontrar las evidencias que se dejaron en los sesenta y los primeros indicios de que esta sociedad contaba con conocimientos avanzados sobre construcción de una obra arquitectónica.
“En cuanto a los aspectos sociales en la construcción del templo, se ve que las piedras que tienen cerca de media tonelada, necesitaron de una inversión mayor de fuerza humana y por ende la presencia de líderes que organizaran a la población para traer las piedras de los cerros, cantearlas, y proceder a la construcción”.
Según el arqueólogo, la planta trapezoidal del muro y el preparado complejo de los pisos (mezcla de arcilla, arena y cenizas) indicaría que la planta trapezoidal le daría una mayor resistencia ante los movimientos sísmicos y la mezcla por capas le daría una adecuada evapotranspiración al piso, así serían más resistentes a los cambios de humedad constantes del área.
“Aquí vemos varios elementos propios de las emergencias de civilización, presencia de dirigentes, especialistas, colectivos que se están unificando para hacer construcciones de gran envergadura y a su vez contactos interregionales, en este caso visto por la cerámica”, expresa.
Estado de conservación
En cuanto al trabajo de conservación realizado para culminar con las excavaciones, la arqueóloga Cristina Baltasar acota lo siguiente:
“La evaluación del estado de conservación del muro del templo muestra que está bastante deteriorado, los elementos líticos tienen rajaduras, producto de algunos movimientos sísmicos, en mayor parte por la mano del hombre, que han afectado a los elementos arquitectónicos”, dice.
A su vez, menciona que para ellos ha sido una sorpresa encontrar que el muro presente indicios de una anastilosis (técnica en la cual se trata de desmontar un muro y luego se vuelve a construir), posiblemente realizado en la primeras investigaciones. “Esta no fue una reconstrucción bien hecha, y ha ocasionado que muchas de las lajas del muro se hayan fracturado, el muro no ha podido ser reconstruido como fue”, agrega.
Después del tratamiento de desinfección de todos los elementos arquitectónicos de los muros y la limpieza, se procede a cubrir el área con arena fina limpia para evitar la contaminación. Es importante resaltar este trabajo porque en estos días la zona se ha visto afectada por construcciones de viviendas de hasta siete pisos, además de que los vecinos amenazan con seguir construyendo, lo que afectaría la vista hacia la zona del cerro Marabamba.
Esta investigación fue realizada por la empresa consultora en arqueología y cultura Yachay Runa, con un presupuesto de S/ 200 mil.