DEMOCRACIA Y POLÍTICA PERUANA

Denesy Palacios Jiménez 

El culto a la inteligencia fue una constante en la historia de Grecia y el dominio del imperio moral frente al instinto ético y donde se relacionan perfectamente el pensamiento, la voluntad y los afectos. Es decir, la cultura clásica nos ha legado una serie de valores, de ideales, de vida, que han enriquecido los que ya teníamos como legado de nuestra cultura andina. Hoy vivimos la necesidad de retomar estos caminos, porque vemos que la corrupción campea en todos los niveles y mucho más, en los que se encargan de dirigir nuestros gobiernos.

El filósofo francés Jacobo Rousseau (1636-1696), estaba convencido de que “no ha existido ni existirá jamás verdadera democracia”, porque se necesitará de muchas condiciones, las que serían difíciles de reunir, como las que señala Norberto Bobbio en el Futuro de la Democracia (1988), entre ellas:

  • Un estado muy pequeño: en donde se pueda reunir el pueblo y en donde cada ciudadano pueda, sin dificultad, conocer a los demás.
  • Una gran sencillez de costumbres que prevenga o resuelva con anticipación la multitud de deliberaciones complejas.
  • Mucha igualdad en los rangos y en las fortunas.

No queremos dejar de hacer referencia el interesante debate que se ha generado al reflexionar sobre la relación entre gobernabilidad de un Estado y la vigencia de la democracia como régimen político optado. A mediados de los 80, los temas de gobernabilidad y de buen gobierno se convirtieron en una preocupación central de las instituciones financieras internacionales; sin embargo esta preocupación no ha estado necesariamente asociada a la afirmación de las prácticas democráticas, sino más bien a la noción de eficiencia y eficacia, pero de espaldas a un gran sector de la población como es el caso peruano.

Si miramos retrospectivamente, vemos que recién en el gobierno de Ramón Castilla se abolió el tributo indígena y la esclavitud, es decir los principios sobre los cuales se funda nuestra república no eran para todos los peruanos, sino para el sector privilegiado que vivía en las ciudades de fundación española, porque para los indígenas existieron las reducciones, que significó la forma de abrir esa gran brecha entre el mundo rural y urbano que empezaba a constituirse, siguiendo el modelo foráneo.

Y como siempre los gobiernos de turno, con su Congreso encallecido dando normas que no se ajustan a las demandas sociales, pero jugando su papel protagónico que les permita salir enriquecidos después de un período o varios periodos de gobierno, por eso el pueblo peruano hastiado de tantos modelos asimétricos inculcados por los regímenes de gobierno, hoy con el referéndum, están diciendo basta. Y por supuesto que no solo se necesitan reformas constitucionales o nuevas normas, sino que necesitamos de peruanos que amen a su patria y a este suelo que les vio nacer y nos ha costado muchas vidas humanas y mucho sacrificio de quienes nos han antecedido, por ello no solo los objetivos de Desarrollo Sostenibles, deben ser nuestra fuente inspiradora de los planes de trabajo nacional y regional, sino que sumado a ellos debemos ser los nuevos peruanos, los que inicien esta gran cambio, que ha colapsado porque todos los operadores de justicia y de gobierno, lejos de cumplir con las funciones asignadas a través de las votaciones, se creen los dueños, que pueden disponer de instituciones y de nuestros recursos, olvidándose del bien común.

Y es que en el Perú vivimos esta falsa democracia, solo electorera, pensamos que el hecho de ir a depositar nuestro voto nos hace demócratas, y nos olvidamos de gobernar para todos los peruanos, o todos los huanuqueños. Eso lo vemos en los gobiernos locales, regionales, institucionales y la mejor prueba en Huánuco lo tenemos en la Unheval, hermanos enfrentándonos entre hermanos para que un grupo gobierne, se beneficie y usufructe, sin importarle calidad académica, legalidad, ni legitimidad, pero como se gana con votos hay que obtenerlos como sea. Diríamos lo que Georges Bernanos nos dice: ”El primer signo de corrupción en una sociedad que todavía está viva, es que el fin justifica los medios”, y eso es la falsa democracia queridos amig@s.