Un verdadero escándalo se produjo ayer en el arbitraje del fútbol chileno, cuando el presidente de la Comisión de Árbitros, el argentino Javier Castrilli, decidió dar de baja definitivamente a once pitos de primera categoría, con la justificación que estaban dirigiendo mal y que es necesario renovar el arbitraje chileno dando oportunidad a elementos jóvenes.
Uno de los que forma parte de un grupo de 11 pitos despedidos es Julio Bascuñán, cuestionado internacionalmente, y más en su propio país por sus graves errores.
Bascuñán tiene muy mala imagen en el Perú por haber perjudicado arbitrariamente a la selección peruana en el partido de vuelta entre Perú y Brasil en 2020 en Lima, cuando sentenció injustamente dos penales a favor de Brasil y expulsó a Zambrano.
La medida adoptada por Castrilli no es nueva. En marzo pasado, ya había dado de baja a tres árbitros por sus malas actuaciones.
El gremio de árbitros chilenos anunció que no saldrán a dirigir indefinidamente si Castrilli no da marcha atrás o no se va; pero este se mantiene en su decisión y dijo que primero él se iría. “Esto no es una sociedad de beneficencia, es fútbol profesional”, afirmó en la ocasión.