El consumo alto de tazas de café al día puede generar una dependencia a la cafeína, uno de sus principales componentes, que pueden tener efectos nocivos en la salud, aunque llegar a estos niveles no es una tarea sencilla.
4 tazas al día
La Administración de Medicinas y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), asegura que una taza promedio de café contiene 100 miligramos de cafeína, por lo que un consumo moderado de la bebida puede estar sobre las cuatro tazas al día de por lo menos ocho onzas. Claro, si la condición física y de salud lo permiten.
Según reseña Mayo Clinic, un consumo por encima de este promedio que indica la FDA puede producir en las personas dolor de cabeza; insomnio; nerviosismo; irritabilidad; micción frecuente o incapacidad para controlar la micción; taquicardia y temblores musculares.
“La cafeína aumenta la frecuencia cardíaca y, en ocasiones, puede elevar la presión arterial. Aún así, no existe motivo alguno para que un hipertenso bien controlado no pueda tomar café.
Cualquier sujeto que sea hipertenso o padezca alguna enfermedad cardíaca puede tomar, en principio, hasta 4 tazas de café, puesto que no se ha podido evidenciar nunca su carácter nocivo en relación a la patología cardiovascular”, indicó el presidente de la sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), Enrique Galve, citado por la Fundación Española del Corazón.
El investigador en nutrición de la Universidad de Singapur, Rob M. van Dam. Se refirió al momento del día, en que una persona debería dejar de tomar café, respuesta que involucra muchos factores de acuerdo a cada cosa.
El experto indicó que si una persona ve comportamientos diferentes en su ritmo cardiaco o en su sistema nervioso, debería plantearse un cambio de hábitos en el consumo de café, tomando la última bebida del día mucho antes de que comience la noche. “Bueno, vamos a intentar reducir la cafeína y no beberla después de cierta hora de la tarde. Asi ver, si eso mejora los hábitos de sueño. Esto es algo que cada individuo tiene que experimentar por sí mismo: cuánta cafeína toma y cuándo la toma”, señaló en conversación con CNN.
Van Dam señaló que en algunos casos las personas que tienen hábitos de consumo de tabaco por lo general reaccionan menos a la cafeína, debido a que el hígado la procesa más rápido, mientras que las mujeres que usan anticonceptivos orales metabolizan la cafeína en menos tiempo.