El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, enfrenta una moción de destitución impulsada por su propio partido, el Partido del Poder Popular (PPP), tras intentar declarar ley marcial el pasado martes. Han Dong-hoon, líder del PPP, calificó la permanencia de Yoon en el cargo como un “gran peligro” para la República de Corea y su población.
Un cambio de postura inesperado
Inicialmente, el PPP respaldó al presidente, pero nuevos indicios de que Yoon ordenó arrestar a importantes políticos durante la imposición de la ley marcial provocaron un giro en la posición del partido. Han declaró la necesidad de suspenderlo rápidamente para evitar futuras acciones extremas que pongan en riesgo la estabilidad del país.
Crisis política sin precedentes
El martes por la noche, Yoon suspendió el orden civil, desplegó tropas en el Parlamento y replegó al ejército horas después ante la indignación pública y el rechazo de aliados internacionales. La oposición presentó una moción de destitución, que será votada este sábado en la Asamblea Nacional, donde necesita un apoyo de dos tercios para avanzar.
De aprobarse, Yoon será suspendido y quedará a la espera del veredicto de la Corte Constitucional, que determinará su destitución definitiva y convocará elecciones en 60 días.