Un opioide sintético hasta 40 veces más fuerte que el fentanilo y hasta 800 veces más potente que la morfina pone en jaque la respuesta de las autoridades sanitarias estadounidenses a la crisis de drogadicción en un número creciente de ciudades del país más poderoso del mundo.
Se trata del nitazeno, un narcótico que puede encontrarse en polvo, píldora o líquido, y que en ocasiones está mezclado con la heroína, la cocaína o incluso con analgésicos, lo que expone al consumidor a una sobredosis debido a su extrema potencia.
Esta droga es potencialmente letal y puede también causar un inicio más grave de los síntomas de abstinencia. Los expertos señalan que se requiere mucho tiempo de trabajo de laboratorio para poder detectarla y los centros hospitalarios no distinguen el nitazeno de los casos de intoxicación por fentanilo, recoge Axios.
Originalmente, los nitazenos fueron desarrollados a partir de componentes sintéticos hace unos 60 años por unos investigadores que trabajaban para una compañía farmacéutica creando medicamentos contra el dolor como una alternativa a la morfina. Sin embargo, se decidió cancelar su desarrollo por el alto potencial de sobredosis que presentaba.