Como es ya una constante en Huánuco, cuando se trata de obras del Estado, la gran mayoría de las empresas ejecutoras terminan haciendo lo que les da la gana. Obviamente, la mayoría de veces sucede con el visto bueno de las mismas instituciones, con contadas excepciones, claro.
Tristemente, nos hemos acostumbrado a vivir con esto. Es una situación que viene desde hace mucho y se ha ido haciendo más regular. Por ejemplo, la construcción del Hospital Regional Hermilio Valdizán, la cual tomó más de ocho años “concluir”. Que, dicho sea de paso, no se concluyó al 100%, al parecer faltaba algo de 2%, sin embargo, un “generoso” gobernador Alvarado con sus ineficientes funcionarios, aceptaron la obra así y con ciertas deficiencias, como lo denunció este diario cuando se inundó la infraestructura con una torrencial lluvia.
Algo similar o peor sucede con el Hospital de Tingo María, cuya población sigue esperando que se culmine la infraestructura, pero la corrupción y malos manejos no lo permiten. Mientras tanto, el presupuesto de trabajo sigue creciendo y creciendo, al igual que las “comisiones”.
Los ejemplos son muchos, digamos las inconclusas obras de saneamiento que se tienen en las diferentes partes de la región, y no pasa nada. Pasan las autoridades, hacen sus arreglos con los consorcios, el presupuesto se sigue gastando y la población al final termina no beneficiándose en nada, sino todo lo contrario, solo queda una obra que no vale, que ha terminado por complicar la situación de muchos, mientras que los bolsillos de los funcionarios y empresarios terminan repletos.
Al final, como ya sabemos, no pasa nada. El nivel de impunidad es realmente increíble.
Ayer hablamos de las realidades a nivel de justicia en Huánuco y Ucayali, las cuales son diferentes. Hay muchos factores que podrían intervenir en esto, identidad para con su región, nivel educativo, pero sobre todo tolerancia de la población. Y ahí, estimado lectores, nadie nos gana. Año tras año vemos cómo las autoridades roban y roban, pero los huanuqueños no reaccionamos, solo nos limitamos a hablar y criticar…
Esto nos trae a la situación de las cuadras 7 y 8 de la calle los Girasoles en Amarilis, donde se están cambiando las tuberías de agua potable. Complicaciones con la salud de los trabajadores ocasionó que se abandonara la obra. Sin embargo, la empresa ejecutora debió actuar al instante, tal vez reemplazando personal de manera temporal para no afectar a los vecinos de la forma como lo hizo. Esto no debería de suceder.