En un periodo de dos años y medio, el Congreso peruano ha acumulado un gasto exorbitante de S/ 2.043.942,04 en pasajes aéreos y viáticos para viajes al extranjero de los congresistas, revelando una preocupante tendencia de despilfarro en medio de desafíos nacionales significativos. María del Carmen Alva, durante su presidencia en el periodo 2021 – 2022, lidera la lista con un gasto de S/ 905.872,59, seguida de cerca por los periodos de José Williams y Alejandro Soto con S/ 769.001,39 y S/ 342.552,94 respectivamente.
Estos viajes, a menudo justificados por la necesidad de representación internacional, han sido objeto de crítica pública, especialmente en tiempos de crisis como la emergencia climática desatada por el Ciclón Yaku. La falta de transparencia y la lentitud en la actualización de los gastos a través del portal de transparencia del Congreso solo han aumentado la desconfianza ciudadana.
Las cifras destacan no solo el alto costo de estos viajes sino también la cuestionable gestión de recursos en momentos donde la prioridad debería ser la atención a las necesidades urgentes del país. A pesar de la suspensión temporal de permisos para viajes al extranjero por parte de la congresista Silvia Monteza, la práctica continuó poco después, subrayando la persistencia de esta costosa costumbre.
La sociedad peruana se encuentra cada vez más crítica ante estos gastos, demandando responsabilidad, eficiencia y resultados tangibles de la representación internacional de sus congresistas. Este escándalo pone de manifiesto la necesidad de una reforma profunda en las políticas de gasto del Congreso y una mayor rendición de cuentas ante los ciudadanos que esperan una representación más consciente y menos derrochadora.