Por: Jorge Farid Gabino González
Las bancadas fujimorista y aprista han comenzado a mover cielo y tierra para traerse abajo al ministro Jaime Saavedra. La razón, según pretenden hacernos creer con una ingenuidad casi tan grande como el tamaño de la estupidez que de tragarnos el cuento nos correspondería, tendría que ver con el retraso en el inicio de las obras proyectadas para la realización de los Juegos Panamericanos, de los que el Perú será sede, como es bien sabido, en 2019.
Vayamos por partes. Primero: ¿Quién es Jaime Saavedra? Es, de lejos, el mejor ministro de Educación que ha tenido el Perú en muchísimos años. Y no vamos a enumerar aquí los muchos logros que tuvo en el sector durante el pasado gobierno, puesto que, mezquindades aparte, saltan a la vista. Baste simplemente con reparar en el hecho de que no en vano ha merecido la invitación ―desconocemos si algo así haya ocurrido en gobiernos anteriores; en todo caso, nos atreveríamos a decir que no― del presidente Kuczynski a continuar a la cabeza de una de las carteras más “difíciles”, rompiendo con aquella enraizada tradición propia de la política peruana de cortar de raíz con todo lo que tenga que ver con la gestión saliente. Si ese no es desde ya un gran mérito, ignoramos qué es.
De lo que no nos queda ninguna duda es de lo determinante que fue la figura de Saavedra durante la aprobación e implementación de la nueva Ley Universitaria, que como sabemos fue promulgada durante su gestión y acarreó más de un grito al cielo por parte de quienes vieron en ella el ocaso de su reinado, el fin de sus faenones.
Pues bien, todo hace indicar que por ahí va la cosa. Además, todos sabemos que ni los fujimoristas ni los apristas dan puntada sin hilo. Ya lo dijo el excongresista Daniel Mora en declaraciones al diario La República: «Saavedra fue uno de los ministros que apoyaron la Ley Universitaria y tiene una gran aceptación en el país. Lo que buscan es desprestigiarlo para que caiga su popularidad y posteriormente se tumben la Ley Universitaria». ¿Paranoicas las suposiciones del exlegislador? Ni hablar. Fundadas es lo que son. Y lo son por la simple y sencilla razón de que existen suficientes elementos de juicio para suponer que no sería movidos por su amor al deportes que estarían actuando la dupla fujimoristas y apristas. Por lo pronto, Luis Galarreta y Lourdes Alcorta, voceros de Fuerza Popular, calificaron a Saavedra de ineficiente al tiempo que afirmaron que la interpelación se «dará de todas maneras». El aprismo, que nunca se queda atrás, no podía pedir menos que la renuncia del ministro, y así lo exigió el congresista Mulder.
Toca ahora preguntarnos quiénes son algunos de los prodeportistas fujimoristas ―principales promotores de la salida del cargo del titular de Educación― que estarían detrás de la interpelación al ministro Saavedra. Ahí tenemos, para empezar, al congresista Lucio Ávila Rojas, exrector de la Universidad Nacional del Altiplano en Puno, quien en su momento se opuso a la promulgación de la Ley Universitaria y hoy, irónicamente, titular de la Comisión de Educación. «El señor Ávila no quiso que entre en vigencia la Ley Universitaria porque ello implicaba que se fiscalicen los recursos económicos de las universidades y su ejecución. Con esta norma se eliminaron las gollerías», refiere el excongresista Mora en las ya mencionadas declaraciones a La República. Por si fuera poco, están también los congresistas cuyos vínculos familiares con universidades privadas no los hacen los más indicados para opinar al respecto: Miguel Ángel Elías Ávalos (su hermano es presidente fundador de la Universidad San Juan Bautista); Osías Ramírez (su tío es el rector de la Universidad Alas Peruanas; y Richard Acuña (hijo del célebre fundador de la Universidad César Vallejo). Amén de un gran número de actuales congresistas que en algún momento laboraron en diferentes universidades públicas y privadas del país.
Así las cosas, solo queda desearle suerte al ministro Saavedra ―la va a necesitar― para que salga librado de lo que se le viene. Ha chocado con grandes intereses económicos y eso, en nuestro país, es un delito. Ya lo dijo Martín Vizcarra: «Saavedra es un profesional competente y es un buen ministro. Hay que evaluarlo por los resultados en educación y estoy seguro de que tiene argumentos y respuestas para sacar adelante este sector». Hagamos votos por que los fujimoristas y apristas no se salgan con la suya. Suficientes bravuconadas hemos tenido que soportarles ya a estos adefesios. No ser nosotros unos deslenguados para arrearles la madre. «Congresistas de puro bestias», es lo mínimo que les habría dicho Vallejo.