La Sala Penal de Apelaciones de Huánuco confirmó la sentencia de cadena perpetua para Gaudencio Anaya Mato (55) como responsable del delito contra la libertad sexual, en la modalidad de violación sexual a su propia hija menor de edad.
Según el expediente judicial, los hechos ocurrieron en una localidad de la provincia de Dos de Mayo, donde el depravado ultrajó sistemáticamente a su hija menor. Los hechos ocurrieron en el año 2019.
La pequeña cansada de los abusos, se armó de valor y contó lo que venía viviendo a su hermana mayor, quien denunció el hecho en la Comisaría de la jurisdicción.
No obstante, luego de las investigaciones preliminares, el sujeto fue detenido y recluido en el penal en febrero del 2019 de forma preventiva.
Durante una entrevista en cámara Gessell, la agredida indicó que vivía con su padre y su madrastra, asimismo, narró que los abusos comenzaron con tocamientos indebidos en los senos, luego la ultrajó sexualmente en diversos lugares de su vivienda durante varios meses.
La pequeña contó que la primera vez que le puso la mano encima ella le amenazó que le contraría a su hermana, sin embargo, el sujeto la amenazó con no darle plata, ni pensión. Por lo tanto, la menor cayó y no avisó a nadie.
Asimismo, contó a las autoridades que este hecho ocurrió cuando veía televisión junto a su tío y otros familiares, de pronto, su padre la llamó a su habitación, donde finalmente fue abusada sexualmente hasta en cinco oportunidades.
Sin embargo, Gaudencio Anaya Mato admitió haber abusado sexualmente de su hija y argumentó que su hija la provocaba, ya que se metía a su cama.
No obstante, en el colmo de los colmos, señaló al juzgado que le hacía un favor a su hija para evitar que salga a la calle.
Tras conocerse los hechos expuestos por el Ministerio Público, los magistrados denegaron el pedido de rebaja de pena de la defensa del acusado y confirmaron la sentencia de cadena perpetua.
Así que el depravado morirá en la cárcel, donde se encuentra recluido desde febrero del 2019, año que fue capturado por la Policía.