Conchudez y sinvergüencería

Prácticamente se han cumplido las 48 horas del paro anunciado contra Juan Alvarado y la enorme corrupción enquistada en su gestión a cargo del Gobierno Regional de Huánuco.

Para empezar, el paro no tuvo la convocatoria que se esperaba, algunos pequeños piquetes de manifestantes, donde cada grupo parecía tener sus propios intereses. Penosamente, como ha sucedido los últimos años, este tipo de protestas sociales, donde la población se ha movilizado por un sentimiento de indignación hacia las autoridades, han sido utilizadas por personajes o ciertos grupos con intereses particulares para buscar algún protagonismo. Por lo general del tipo político.

Algo similar sucedió en la marcha contra Manuel Merino en el 2020 en Huánuco, donde ciertas agrupaciones buscaban protagonismo, pero menos marchaban con el pueblo y a favor del pueblo, solo realizaban sus propias agendas.

Esta vez no fue la excepción, las marchas de los diferentes grupos parecía que buscaban más la aprobación de la ciudadanía y se perdía de vista el motivo más importante, la protesta contra la corrupción en el Gorehco y las instituciones del Estado.

Por otro lado, “Juanito” como dice la canción de Hector Lavoe, no ha sido muy golpeado por esta manifestación. Todo lo contrario, muy suelto de huesos y hasta provocador, Alvarado ha dicho que no tiene la culpa de los problemas de región, prácticamente insinuó que la culpa es del ejecutivo “que no le da la plata para ejecutar las obras”. Justificó también su incapacidad a la situación de la pandemia, que “no le permitió trabajar”. Sin embargo, sabemos que eso no fue limitación para realizar compras sobrevaluadas.

Algo a tener en cuenta es que las personas de a pie, han tenido que seguir trabajando y buscando subsistir de alguna manera. Por eso es indignante la respuesta de este señor, que cómodamente dice no poder haber hecho nada por las limitaciones, cuando cientos de miles de familias tanto de la sierra y selva se las han tenido que arreglar de alguna manera, solucionando sus problemas. Mientras que Alvarado, no puede “hacer nada”.

Ante tanta conchudez y sinvergüencería, los dirigentes han anunciado que habría una nueva movilización, pero esta vez indefinida.

Alvarado también ha dicho que la fiscalía investigue, parece que se sintiera muy seguro de que estas investigaciones no producirán mayores resultados. Y como ya lo hemos informado, tiene más de 23 denuncias en fiscalía y ni una sola de esas ha llegado al Poder Judicial. Mucha coincidencia, ¿no?