Por León Trahtemberg
El currículo para estos tiempos y los enfoques pedagógicos que le son pertinentes debiera girar en torno de algunos pilares:
1) Tomar nota que el marketing le gana a la investigación científica por lo que la población queda indefensa frente a la introducción de nuevas tecnologías que los empuja a consumir sin saber si tendrá efectos secundarios nocivos.
2) La clave en educación de la era de la tecnología es la interactividad así como la nueva relación horizontal profesor-alumno y su nuevo rol como facilitador, investigador, promotor de la curiosidad del alumno.
3) Las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial harán que cada vez sea más posible la educación personalizada. Ello choca con un currículo uniforme para todos los alumnos así como los estándares y evaluaciones estandarizadas que desconocen los contextos específicos de aprendizaje, la línea de base de cada alumno y sus intereses o pasiones en las que radican sus fortalezas.
4) Lo anterior hace que ya no tenga sentido un currículo tradicional por áreas orientado al pasado. Además, si el alumno vive en tiempo real y conectado online todo el tiempo al presente con intervenciones que impactan en su vida y en la de los demás, el currículo escolar debe ser más abierto a incorporar los problemas y metas o retos nacionales al aula, trabajar por proyectos, investigaciones, todo lo cual es interdisciplinario.
5) Del mismo modo ya no tiene sentido que en los colegios haya laboratorios de física, química, biología, o talleres de arte cuando en el trabajo interdisciplinario todas esas áreas se cruzan sumadas a diseño, automatización, etc. Más sentido tienen los talleres y laboratorios multipropósitos.
6) En un mundo de fake news y fuentes infinitas, la capacidad de indagar para encontrar información relevante se potencia, así como la capacidad de programar o codificar y diseñar (solvencia digital).
7) El mundo digital conlleva una serie de beneficios y riesgos (delitos), lo que demanda tener presente la formación de la ciudadanía y una ética digital, que deben ser componentes del nuevo currículo, para aprender a encarar dilemas que trae el mundo de la ciencia y tecnología especialmente en los campos de biotecnología y uso de las redes, conexiones y manipulaciones con equipos o data provenientes de la digitalización.