CLASES DE CANDIDATOS

Escrito por Jacobo Ramírez Mays

Según su modo de actuar y de buscar persuadir a los votantes para que los elijan como autoridades, podemos encontrar las siguientes clases de candidatos:

Candidato optimista: es el que, si tiene un poco de suerte, ha puesto dos o tres propagandas en lugares estratégicos, según su punto de vista, Caminan por las calles levantando la cabeza y mirando a todas partes, pensando que son más conocidos que la ruda macho. Cuando les preguntas cómo van en la campaña, su respuesta es: «Estamos como viento en popa, avanzando lento pero seguro. Ya verás que habrá novedades el día de las elecciones, porque la gente ya está cansada de los corruptos». Esos personajes no aparecen ni en las encuestas, y los únicos que los conocen son sus familiares cercanos. En su cierre de campaña, los que lo acompañan, aparte de algunos vecinos que lo ven como un hombre a quien le falta algunos tornillos, saben que ese candidato está enfermo. Su esposa, sus dos hijos y su suegra, van a vititarlo pero no para escucharlo, sino para comer lo que ese día va a invitar.

Candidato religioso: es aquel que, para lograr algunos votos, se viste de morado y carga las andas de algún santo popular. Se fotografía con sus ojitos cerrados para que el que lo mire piense que es un santito, incluso se hace mayordomo de una fiesta religiosa y asegura que, cuando él sea autoridad, hará una fiesta con una banda de 80 músicos, con comida para todos los feligreses y si es posible traerá al mismísimo Papa para la celebración litúrgica.

El otro como ve a la competencia,  por eso se va a los congresos  evangélicos y, chokpando su mano, cerrando sus ojos, se muestra como un gran cristiano, Lee la Biblia y lo único que quiere encontrar es esa parte donde se habla del diezmo, para que cuando sea autoridad explique con ese pasaje bíblico lo que le corresponde.

Candidato ambientalista: es el que en su discurso nos dice que velará por el cuidado del medio ambiente, que priorizará la reforestación, que los cerros que están como las cabezas de algunos, en su gobierno se convertirán en junglas oscuras y temerosas. Esos candidatos son como algunos defensores de animales que en sus casas tienen quesos con veneno para las inocentes ratas y que cuando ven unas cucarachas las pisan sin miramientos porque les dan asco. Tiene una colección de matamoscas y come chicharrones, bistec, trucha frita, etc. Algunos de esos candidatos que se muestran como amantes de la naturaleza, no sé si por falta de presupuesto o por ser demasiado ególatras (rasgo que todos los aspirantes a ser autoridades lo tienen) pintan sus nombres con sus símbolos en los cerros, espantando, en el mejor de los casos, a las lagartijas u otros animales que tienen su hábitat ahí. Candidados que si no respetan la naturaleza creen que respetarán la economía de la municipalidad o del gobierno regional.

Candidato moralista: es el que te habla de valores y se muestra como un ser que no forma parte de este mundo. Se fotografía juntado sus manos, muestra sus dientes con una sonrisa de yo no fui y, cuando te adentras a su historial, te das cuenta de que tienen mínimo tres mujeres, hijos desparramados, y, a pesar de todo eso, se dan el lujo de hacer campaña con plata de municipalidades. Estoy seguro de que con muchos de esos candidatos me encontraré en el último círculo del infierno de Dante Alighieri.

Candidato buena gente: es el que, en campaña, cuando está con su carro, te recoge y te lleva gratis mientras te habla mal de otros candidatos. Te regala fósforos, táperes, y, para que lo acompañes en su caravana, te hecha gasolina a tu carrito. A ellos es a quienes más extraño cuando acaba toda esta contienda electoral, porque cuando no ganan no te dan ni wagra.

Y, si eres warmi mandashu, vota por una candidata. De ellas no digo nada porque tendría que escribir durante 100 años seguidos.

Las Pampas, 22 de septiembre del 2022.