Científicos encuentran coronavirus en heces

Investigadores de al menos cuatro países, incluyendo Brasil, detectaron la presencia del nuevo coronavirus en muestras de aguas residuales recolectadas semanas o meses antes del primer caso registrado oficialmente en la ciudad china de Wuhan, considerado como el origen de la actual pandemia.

Pero, ¿cómo afectan estos descubrimientos de virus en las heces lo que sabemos sobre el virus SARS-CoV-2?

Los científicos señalan tres ejes principales:

  • Monitoreo: la detección en aguas residuales puede servir como una herramienta amplia y económica para monitorear el progreso de COVID-19. Hay al menos 15 países donde esta estrategia ha sido adoptada o está siendo estudiada.
  • Posible riesgo para la salud: la presencia del material genético del virus en las heces indica que las aguas residuales pueden ser una vía de contagio.
  • Origen de la pandemia: el virus puede haber circulado mucho antes de lo indicado en la cronología oficial.

En relación con el tercer punto, el estudio que llamó más la atención fue dirigido por investigadores de la Universidad de Barcelona.

Según ellos, hubo presencia del nuevo coronavirus en muestras congeladas, recolectadas en España, desde el 15 de enero de 2020 (41 días antes de la primera notificación oficial de un contagio en el país) y desde el 12 de marzo de 2019 (nueve meses antes del primer caso reportado en China).

Los expertos citan al menos cinco hipótesis.

Las investigaciones recientes señalan que el nuevo coronavirus también está presente en las heces de los pacientes.

Una es que los pacientes pueden haber recibido diagnósticos incorrectos o incompletos de enfermedades respiratorias, algo que habría contribuido a la propagación inicial de la enfermedad.

Otra es que el virus no se había propagado con suficiente fuerza como para causar un brote.

También hay dos posibilidades de problemas en el análisis: una posible contaminación de la muestra o un resultado falso positivo, debido a la similitud genética con otros virus respiratorios o a fallas en el kit de prueba.

Finalmente, hay quienes hablan de un virus que espera a ser activado.

Tom Jefferson, un epidemiólogo vinculado al Centro de Medicina Basada en la Evidencia de la Universidad de Oxford, dijo al diario británico The Telegraph que hay un creciente cuerpo de evidencia de que el SARS-CoV-2 estaba muy extendido antes de que surgiera en Asia.

«Tal vez estamos viendo un virus latente que ha sido activado por las condiciones ambientales», señaló.

Para Fernando Spilki, presidente de la Sociedad Brasileña de Virología, es necesario esperar más estudios sobre el tema antes de sacar conclusiones sobre la incidencia del virus meses antes del origen conocido de la pandemia, en diciembre.

«Todos estos resultados deben evaluarse con precaución. La característica del SARS-CoV-2 de generar casos de alta gravedad y con una letalidad relativamente alta en la población hace que sea poco probable que este virus circule en una región sin evidencia de casos clínicos«.

¿Es posible que el SARS-CoV-2 se propague a través de las aguas residuales?

La presencia del nuevo coronavirus en las heces aumenta la posibilidad de contagio a través de las aguas residuales.

En 2003, durante la pandemia de otro virus SARS-CoV, la infección de cientos de residentes en el mismo edificio en Hong Kong se atribuyó a fugas en la tubería de alcantarillado.

En la pandemia actual, todavía no hay evidencia de que esto haya ocurrido o de que la transmisión del SARS-CoV-2 sea viable después de ser excretado en las heces.

Tampoco hay ninguna recomendación oficial sobre el uso de lejía para contener el contagio a través de las aguas residuales, como ha estado circulando en los grupos de WhatsApp. La contaminación ocurre principalmente a través del tracto respiratorio.

Las aguas servidas no tratadas pueden descargar una carga viral importante en los ríos.

Los estudios indican que el sistema de tratamiento de aguas residuales puede eliminar la presencia del virus, pero la precaria situación sanitaria en países como Brasil puede conducir a la descarga de una gran carga viral en los ríos sin el tratamiento adecuado.

Según datos del Sistema Nacional de Información sobre Saneamiento, correspondientes a 2018, solo 46% de las aguas residuales generadas en Brasil son debidamente tratadas.

La falta de saneamiento en ese país genera más de 300 mil ingresos hospitalarios por año, pero aún no es posible afirmar que la presencia de coronavirus en las aguas residuales representa un riesgo para la salud de la población.

El SARS-CoV-2 puede aparecer en las heces de hasta la mitad de los pacientes con covid-19, incluidos los que han tenido diarrea, un síntoma reportado por 1 de cada 5 pacientes.

Algunos estudios indican que, en general, el virus aparece en las heces aproximadamente una semana después de los síntomas y puede permanecer durante otras cinco semanas después de la recuperación del paciente.

Según algunas investigaciones, el método para monitorear la presencia del virus en el sistema de alcantarillado de una ciudad permite alertar sobre la existencia de un brote entre siete y diez días antes del registro oficial.

Una de las ventajas de este enfoque es que permite también controlar a los pacientes sin síntomas o que no han sido diagnosticados.

En Belo Horizonte, por ejemplo, un proyecto piloto de la Agencia Nacional del Agua (ANA) analiza muestras de aguas residuales y señala que la cantidad de personas infectadas puede ser 20 veces mayor que la de los casos confirmados oficialmente.