Chancay: Auge de importaciones y la preocupación por el poco valor agregado

El reciente inicio de operaciones del megapuerto de Chancay ha generado entusiasmo en el comercio exterior peruano. En sus primeros meses, la instalación portuaria ya movilizó mercancías por un valor superior a US$ 777 millones, consolidándose como una nueva puerta de entrada para el mercado asiático.

Sin embargo, especialistas advierten que, sin una estrategia productiva clara, este boom podría reforzar la dependencia comercial del país y acentuar su vulnerabilidad económica.


Según expertos consultados, Chancay ha registrado un movimiento inicial más alto en importaciones que en exportaciones, lo que refleja una balanza comercial desequilibrada. Esta tendencia despierta preocupación, pues gran parte de las importaciones carece de valor agregado y está destinada al consumo inmediato, sin fomentar la industrialización ni la diversificación productiva interna.


Para varios analistas, el megapuerto representa una oportunidad estratégica para impulsar clústeres industriales, zonas francas y cadenas de valor que fortalezcan la economía local. Sin embargo, sin un plan articulado entre el sector público y privado, el puerto podría convertirse simplemente en un punto logístico, desaprovechando su potencial transformador.


Además, organizaciones ciudadanas y gremios empresariales destacan la necesidad de políticas de capacitación, mejoras en infraestructura vial y apoyo a las pequeñas y medianas empresas (pymes), que podrían ser actores clave para aprovechar la conectividad que ofrece Chancay.


Si bien la infraestructura del puerto supone un avance importante para la competitividad peruana, su verdadero impacto dependerá de la capacidad del país para convertir el comercio en desarrollo sostenible y empleo de calidad. Por ahora, la expectativa convive con el reto de no repetir errores históricos: depender de insumos externos y exportar materias primas sin valor añadido.