Las primeras observaciones de un huracán espacial se han revelado en la atmósfera superior del planeta Tierra, lo que confirma su existencia y arroja nueva luz sobre la relación entre los planetas y el espacio.
Las observaciones sin precedentes, realizadas por satélites en agosto de 2014, solo resultaron descubiertas durante un análisis retrospectivo realizado por científicos de la Universidad de Reading, como parte de un equipo liderado por la Universidad de Shandong en China, que confirmó el huracán y ofreció pistas sobre su formación.
Este análisis ahora ha permitido crear una imagen en 3D de la masa de plasma arremolinada de 1000 kilómetros de ancho a varios cientos de kilómetros por encima del Polo Norte, lloviendo electrones en lugar de agua, y en muchos aspectos se asemeja a los huracanes con los que estamos familiarizados en la parte inferior de la Tierra atmósfera.
«Los campos magnéticos y de plasma en la atmósfera de los planetas existen en todo el universo, por lo que los hallazgos sugieren que los huracanes deberían considerarse un fenómeno generalizado».
Los huracanes ocurren en la atmósfera inferior de la Tierra sobre cuerpos de agua cálidos. Cuando el aire cálido y húmedo se eleva, crea un área de baja presión cerca de la superficie que succiona el aire circundante, lo que provoca vientos extremadamente fuertes y crea nubes que conducen a lluvias intensas.
También se han observado huracanes en las atmósferas inferiores de Marte, Júpiter y Saturno, mientras que se han visto enormes tornados en la atmósfera del Sol. Sin embargo, la existencia de huracanes espaciales en la atmósfera superior de los planetas no se había detectado antes.
El huracán espacial analizado por el equipo en la ionosfera de la Tierra giraba en sentido antihorario, y duró casi ocho horas.
Descubierto gracias a los satélites
El equipo de científicos de China, EE.UU., Noruega y el Reino Unido utilizó observaciones realizadas por cuatro satélites DMSP y un modelado de magnetosfera 3D para producir la imagen. Sus hallazgos resultaron publicados en Nature Communications.
El análisis implicó verificar la coherencia de los datos de los satélites, radares y otras fuentes, y para construir una imagen completa.
El hecho de que el huracán haya ocurrido durante un período de baja actividad geomagnética sugiere que podrían ser más relativamente comunes. Esto resalta la importancia de una mejor supervisión del clima espacial, que puede alterar los sistemas GPS, según los autores. (Europa Press).
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