Calentamiento global e incendios forestales

En las últimas semanas, la región de Huánuco ha sido testigo de un preocupante aumento en la frecuencia de incendios forestales, un fenómeno que no solo refleja la crisis climática global, sino también la falta de conciencia ambiental de parte de la población. Estos incendios, que se han intensificado en los últimos años, están destruyendo vastas áreas de bosques y ponen en peligro tanto la biodiversidad como la vida humana.

El calor extremo que está azotando a Huánuco recientemente es una clara manifestación del calentamiento global. Las temperaturas abrasadoras hacen que caminar por las calles bajo el sol sea un verdadero tormento, y este calor extremo ha contribuido a la reducción significativa del caudal de ríos fundamentales como el Huallaga y el Higueras, este último abastecedor de la planta de tratamiento en Cabrito Pampa. A esto se suma la fluctuación drástica del clima, con días que alternan entre sofocantes olas de calor y repentinas lloviznas acompañadas de frío.

El aumento de los incendios forestales es un claro indicativo de que la situación está fuera de control. Estos incendios, provocados en gran parte por la irresponsabilidad de algunos ciudadanos que no miden las consecuencias de sus acciones, están devastando los cerros y campos de Huánuco. La quema deliberada de áreas para la agricultura o la caza, sumada al intenso calor, convierte a los bosques en verdaderas hogueras que son difíciles de controlar. La destrucción de estos ecosistemas agrava aún más la crisis ecológica de la región, alterando los ciclos de agua y destruyendo hábitats esenciales para la fauna local.

Además de los incendios, la tala indiscriminada en zonas como Chinchao y Pillao sigue siendo un problema grave. Los bosques, que deberían actuar como barreras naturales contra el cambio climático, están desapareciendo a un ritmo alarmante, alimentando un ciclo de destrucción que parece no tener fin. Los campesinos que intentan proteger sus tierras de estos incendios se ven muchas veces perseguidos y en peligro por aquellos que lucran con la destrucción de la naturaleza.

La contaminación del agua es otro aspecto crítico de esta problemática. La falta de una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PETAR) para descontaminar el río Huallaga agrava la situación, y la minería ilegal continúa contaminando ríos que son fuente de agua para muchas comunidades. Esta contaminación, combinada con los incendios y la tala, pone en peligro no solo el medio ambiente, sino también la salud y el bienestar de las personas que dependen de estos recursos.