El Reino Unido no mandará a sus representantes políticos a los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín, anunció ayer el primer ministro Boris Johnson, sumándose al boicot diplomático propugnado por Estados Unidos alegando violaciones de los derechos humanos por parte de China.
«Como he dicho anteriormente, no apoyamos los boicots deportivos, pero los ministros no asistirán a los Juegos», afirmó en el Parlamento, subrayando que «habrá un boicot diplomático» al que también se sumó Australia.
En ninguno de los casos, el boicot diplomático afectará a las contiendas deportivas ni impide la participación de los atletas británicos, estadounidenses o australianos.
A «nadie le importa saber si vienen o no» los representantes políticos, dijo el portavoz de la diplomacia china, Wang Wenbin. «Sus maniobras políticas y sus pequeños trucos no cambiarán nada al éxito de los Juegos Olímpicos», añadió.
El boicot supone que no se verá a ningún representante público de esos países el 4 de febrero en la inauguración de los Juegos, ni tampoco el día 20 en la clausura. La representación de los países estará a cargo de los miembros del Comité Olímpico Internacional (COI).