Bendito y trágico abril

Por: Clider Luis Marchand Laureano
Pool Colqui Muñoz, un adolescente del quinto grado de secundaria, entró al aula ese viernes 7 de abril, arrastró su carpeta hasta cerca de mi pupitre, se sentó y se inclinó un poco para sacar sus libros de su mochila pero al levantarse hizo contacto visual conmigo y noté en sus ojos vivaces una pequeña dilatación de sus pupilas, entonces deduje que estaba emocionado por algo, entre sus dedos atesoraba un libro, más emocionado aún me dijo: “profesor le traje el libro que prometí prestarle”, y puso sobre mis manos un ejemplar de La novela en América Latina. Diálogo entre Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez. Agradecí y le dije que se lo devolvería en una semana o dos; no porque el libro sea ampuloso sino porque soy un lector desordenado y leo un poco de aquí y un poco de allá y tendría que buscar una tarde para leer su libro, no necesité una tarde, me bastó una hora para devorar el libro y es algo que me suele pasar con libros que tengan que ver con el mejor novelista latinoamericano, Gabriel García Márquez (Gabo para sus amigos), algunos dirán que exagero pero como no soy un crítico literario sino un mortal lector, tengo licencia para dar mi opinión.
La novela en América Latina. Diálogo entre Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez, en realidad es una entrevista que le hace nuestro Nobel de Literatura 2010 al colombiano también ganador del Nobel de Literatura en 1982; dicha entrevista fue hecha en 1967 en la Universidad Nacional de Ingeniería y en ella ambos representantes del boom latinoamericano tocaron diversos temas, desde qué se necesita para ser un buen escritor, hasta la posición política de un escritor. Precisamente de ese tema extraemos lo que respondió García Márquez cuando Vargas Llosa lo interroga sobre su posición ideológica: “Bueno antes que todo, yo creo que el principal deber político de un escritor es escribir bien. No solo escribir bien en cuanto a una prosa correcta y brillante, sino escribir bien, ya no digo escribir sinceramente, sino de acuerdo a sus convicciones. A mí me parece que al escritor no hay que exigirle concretamente que sea un militante político en sus libros, como al zapatero no se le pide que sus zapatos tengan contenido político… lo que te quiero decir es que no es correcto pedirle al escritor que convierta su literatura en una rama política, porque en realidad, si el escritor tiene una formación ideológica y una posición política, como creo que yo la tengo, eso está implicado necesariamente en la obra”.
La entrevista fue de lo más prolífica para la literatura, claro y no podría ser de otra forma porque los dos fueron grandes amigos hasta que años más adelante Vargas Llosa le asestaría un firme puñetazo en el rostro de Márquez; algunos dicen que fue porque el colombiano había estado flirteando a Patricia Llosa, la entonces esposa de Vargas Llosa (nunca faltan los Judas), esto generó un alejamiento entre ambos escritores.
Abril es bendito porque grandes literatos nacieron en este mes y trágico porque en este mes también murieron otros grandes literatos (por ejemplo García Márquez), por eso abril es el mes de las letras y el arte.
No puedo evitar comparar entre Pool, un adolescente emocionado por un libro, y Bienvenido Ramírez, congresista de la República, quien obtusamente sostuvo que leer provoca Alzheimer, ¡vaya que diferencia! Pero pensándolo bien, es comprensible la posición del congresista ya que la inteligencia no es contagiosa, la idiotez sí.