La protección de nuestros bosques en la Amazonía peruana es un tema que nos atañe a todos. Como país amazónico, Perú alberga una riqueza incalculable en estos ecosistemas que regulan el clima global y sustentan la vida y cultura de millones de personas.
Sin embargo, la tala ilegal y la deforestación amenazan peligrosamente nuestros bosques. Según la institución internacional Global Forrest Watch, Desde 2002 hasta 2022, Huánuco ha perdido 329 mil hectáreas de bosque primario húmedo, lo que representa 77% de su total pérdida de cobertura arbórea en el mismo periodo de tiempo. El área total de bosque primario húmedo en Huánuco disminuyó en 19% en este periodo de tiempo. Eso tal vez podría explicar el porqué de los cambios drásticos de temperatura en la región, así como el considerable aumento de zancudos.
Si bien existen leyes para protegerlos, faltan políticas efectivas y conciencia ambiental en autoridades y población para hacerlas cumplir.
Afortunadamente, iniciativas ciudadanas marcan el camino. El ejemplo la comunidad organizada de Molino, cuida y protege el bosque de Monte Potrero en Pachitea, muestra de cómo el esfuerzo y dedicación de los ciudadanos puede salvar un ecosistema entero. Esta labor, iniciada bajo el liderazgo de la ONG Islas de Paz y figuras como Cesar Antezana, han sido esenciales para sensibilizar y educar a la población para proteger no solamente árboles, sino fauna, insectos, suelos y agua para las comunidades locales.
Urge multiplicar este tipo de liderazgos comunitarios, y que gobiernos regionales y locales los apoyen con reforestación, educación ambiental, manejo de residuos y transición a cultivos sostenibles. Debemos sembrar 10 árboles por cada uno talado, no sólo exigirlo. Y empezar por cambiar hábitos cotidianos como botar basura en la calle o no reciclar.
Proteger nuestros bosques es cuidar nuestro futuro. Si no actuamos ya, el cambio climático nos pasará factura con fenómenos extremos cada vez más dañinos. Como decía el gran Chabuca Granda, “la vida va dando vueltas y vueltas, y el que no la goza es porque no sabe”. Gocemos entonces de estos bosques, protegiéndolos hoy para nuestros hijos del mañana.