Luego de medio siglo, la reforma agraria todavía es un tema histórico debatible. El 24 de junio de 1969, la dictadura del general Juan Velasco Alvarado promulgó el Decreto Ley 17716 para legalizar e iniciar la expropiación de tierras de los hacendados y entregarlas al campesinado. “¡Campesino, el patrón no comerá más de tu pobreza!”, expresó Velasco luego de suscribir la norma.
Según el sociólogo Nelson Manrique, previo al DL 17716, en el país había “una relación política del gamonalismo que se basaba en la servidumbre” del indígena. “Eso impedía a los campesinos hacer ciudadanía porque dependían de su patrón”, expresó.
Para el historiador y profesor de la Universidad de Lima y la PUCP, Daniel Parodi, la reforma de Velasco favoreció a 400 mil familias y transformó lo que quedaba del Perú estamental y colonial. “Y sobre lo que sucedía en la hacienda, particularmente en el latifundio serrano, se construyó otro país, actualmente emergente e informal”, opinó. Añadió, recordando la reflexión del antropólogo Carlos Iván Degregori, que la reforma agraria evitó, en cierta forma, que Sendero Luminoso use la feudalidad en la sierra para ser más violento.