Meta, la empresa matriz de Facebook e Instagram, enfrenta un serio revés legal en Estados Unidos. Cuarenta y un estados, junto con el Distrito de Columbia, han presentado una demanda contra la gigante tecnológica, acusándola de implementar funciones adictivas en sus plataformas que dañan la salud mental de los jóvenes. Este esfuerzo legal representa el mayor intento de las autoridades estatales hasta la fecha para mitigar el impacto negativo de las redes sociales en los niños.
La denuncia federal de 233 páginas sostiene que Meta desplegó un «plan para explotar a los usuarios jóvenes con fines de lucro». Entre las acusaciones, se señala que la empresa engañó a sus usuarios sobre las características de seguridad, alentó la prevalencia de contenido dañino y recopiló datos de usuarios menores, infringiendo leyes federales de protección de la privacidad infantil.
Rob Bonta, Fiscal General de California, enfatizó la seriedad de los hallazgos de la investigación bipartidista. «Meta ha estado perjudicando a nuestros niños y adolescentes, fomentando la adicción para maximizar las ganancias corporativas», afirmó.
Las quejas ponen de manifiesto una creciente preocupación gubernamental sobre cómo las principales redes sociales, en su búsqueda por optimizar la participación, podrían estar comprometiendo la seguridad de sus usuarios más jóvenes. A raíz de un informe del Wall Street Journal en 2021, que reveló investigaciones internas de Meta sobre cómo Instagram podía empeorar la percepción corporal de las adolescentes, ha habido un creciente escrutinio sobre la conducta de la empresa.
En respuesta a las demandas, Liza Crenshaw, portavoz de Meta, expresó su decepción y sugirió que, en lugar de litigar, sería más constructivo trabajar conjuntamente en estándares claros para proteger a los jóvenes en línea.
A pesar de los esfuerzos de Meta por implementar medidas de seguridad adicionales para los jóvenes, como herramientas de control parental y configuraciones de privacidad más estrictas, las críticas persisten. Estas demandas surgen en un momento en que aún se debate el verdadero impacto de las redes sociales en la salud mental de los jóvenes.
La atención ahora se centra en cómo se desarrollarán estos casos legales y qué precedente podrían sentar en la regulación de las redes sociales y su responsabilidad hacia los usuarios jóvenes.