La papada, llamada doble barbilla en algunas partes del mundo, es una acumulación de grasa que se ubica debajo de la barbilla —también conocida como cumbamba, mentón o área submental—, que se extiende hacia gran parte del cuello, explica AARP, una organización estadounidense sin ánimo de lucro independiente que atiende las necesidades e intereses de las personas mayores de 50 años.
A menudo, la papada aparece debido a diferentes cambios hormonales que se acentúan después de los 30 años, aunque también puede estar relacionada con problemas de obesidad o sobrepeso. Estos últimos factores pueden relacionarse a la vez con motivos genéticos o una alimentación inadecuada, indica la entidad de salud Sanitas.
Con el paso de los años, la piel del cuello se descuelga y se causa esta capa de grasa que juega un papel tanto a nivel estético como médico. Así, un exceso de acumulación de grasa puede ser considerado poco atractivo y poco saludable.
La estética y la vanidad son dos palabras que inciden mucho en la sociedad y sobre todo en la confianza de las personas. Hay a quienes les molesta o les frustra tener papada y por ello en el mercado se consiguen diferentes productos que prometen ayudar con su erradicación, así como cirugías estéticas.
Al mismo tiempo que existen estas soluciones comerciales, también hay otro número de alternativas naturales que ayudan bien sea prevenir la papada o a disminuirla, así como una serie de ejercicios que se pueden poner en práctica con estos fines.
El doctor Christian Martín Hernández Lobertini, médico especialista en Medicina Estética de la Clínica Londres de Sanitas, reseña una serie de ejercicios para quitar la papada y tonificar el cuello.
El médico explica que para lograrlo es necesario ejercitar los músculos de la mandíbula y el cuello, los cuales ayudarán a que el volumen de la papada reduzca. “Estos ejercicios deben realizarse durante unos meses para que los resultados sean visibles, y durante más tiempo para que sean permanentes, o tan permanentes como la edad lo permita”, advierte el especialista.
Ejercicio 1
El primer ejercicio que reseña consiste en inclinar la cabeza hacia atrás, mirando el techo. Esto puede hacerlo la persona estando sentada en una silla. Luego, la mandíbula inferior debe ser empujada hacia adelante para sentir el estiramiento debajo de la barbilla. Estando en esa posición, se cuentan 10 segundos y se relaja el movimiento. El galeno recomienda repetirlo 10 veces en el transcurso del día.
Ejercicio 2
Comienza de la misma forma que el primero: inclinando la cabeza hacia atrás y dirigiendo la mirada hacia el techo. La diferencia radica en que en este se debe realizar haciendo el gesto de darle un beso al techo, pero con mucha fuerza y de forma exagerada. Esta posición se mantiene durante 10 segundos, se relaja y se repite 10 veces.
Ejercicio 3
Se puede practicar estando de pie o sentado. Se debe mirar hacia el frente con la cabeza recta, sacando la lengua lo más que se pueda e intentando tocar la punta de la nariz con ella. La lengua debe permanecer en esta posición durante 10 segundos, para luego regresarla a su posición normal. El ejercicio se repite 10 veces.
Ejercicio 4
Es otro ejercicio que se realiza mirando hacia el frente con la cabeza recta. Teniéndola en esa posición, se cierra la boca juntando los dientes superiores con los inferiores y pegando la lengua a estos. El doctor Hernández explica que “después, con dos dedos, golpea continuamente durante 10 segundos la zona de la papada”. Se hacen 10 repeticiones.
Ejercicio 5
El penúltimo ejercicio consiste en llevar la cabeza hacia atrás, mirando hacia el techo. En este se sonríe y se presiona con la lengua el paladar superior. El truco está en permanecer en esta posición durante cinco segundos, descansar y repetirlo 10 veces.
EjerciciO 6
El último ejercicio que presenta el galeno es pegar la barbilla al pecho y girar la cabeza lentamente a la derecha; se permanece así durante cinco segundos y se gira hacia la izquierda. “Haz 10 repeticiones, 5 hacia cada lado”, aconseja el especialista de Sanitas.